El sábado pasado, 19 de noviembre de 2016, el colegio Nacional de General Villegas se vistió de fiesta para recibir a los flamantes egresados que cumplian sus bodas de plata, o mejor dicho, los primeros 25 años desde el egreso. Un encuentro con mucha nostalgia y algo que desde hace tres meses cuando empezamos organizar este momento surgió naturalmente. Pertenencia. Voy a intentar relatar algunas sensaciones de este gran momento.
Estábamos esperando el llamado de la escuela para ver qué día se iba a organizar el evento protocolar en la institución. Hubo una primer reunión con buena convocatoria y como no era de esperar la búsqueda de cómo podíamos comunicarnos. Se tiraron varias ideas, pero finalmente primó la de utilizar un grupo de Whatsapp para contactar a todos los de la lista oficial del colegio. En cinco días teníamos casi el 80% de los egresados 1991, y varios compañeros que por alguna cuestión no habían egresado, pero habían compartido años y hasta el viaje de egresados a Bariloche.
En ese momento la fecha del 19 de noviembre parecía lejana, así que con tiempo comenzamos a organizar varias actividades. Por un lado había que organizar una cena incluyendo a los egresados que cumplían sus bodas de oro. También teníamos que buscar en los archivos fotos o videos para rememorar esos tiempos. Había que gestionar una placa recordatoria y comenzar a contactar los posibles proveedores para la fiesta. Era casi casi como cuando hace 25 años salíamos corriendo a organizar un asado de último momento, pidiendo algún auto prestado o en la moto de alguien.
Y el tiempo fue pasando, y la organización fue asentándose. Todo estaba listo. Una semana antes ya sabíamos quienes por alguna razón de fuerza mayor no podían estar y cerrábamos la lista de todos los que si o si iban a estar en la fiesta. Se notaba la excitación en el grupo de whatsapp y algunos practicaban una cuenta regresiva. Haciendo un poco de estadísticas sobre el grupo de whatsapp en 3 meses se enviaron más de 7,000 mensajes, un innumerable número de fotos que incluía desde fotos familiares, hijos, mascotas y el infaltable negro de whatsapp.
Algunos de los egresados 1991 que viven fuera de Villegas comenzaron a llegar el viernes y mandaban como testimonio fotos de su llegada para la emoción de los que vivimos en Villegas. Ya se estaba armando la fiesta. Hubo una salida previa, como una publicidad anticipada de lo que sería el sábado el viernes por la noche y alguna foto de “profes” actuales del colegio (o instituto) mandaban como se preparaba el gimnasio.
Ya el sábado por la tarde se hicieron las pruebas de sonido en La Lucila, lugar elegido para la celebración post acto en el colegio. La disposición era con livings para que podamos interactuar, hablar con todos y ponernos al día de la vida.
Varios llegamos temprano a la escuela para ver si hacía falta ayudar en algo, y a parte para manejar un poco la ansiedad. Empezaron los saludos, las fotos, los abrazos. Cuento esto y se me pone la piel de gallina de ver compañeros que no veía hace muchos años.
El acto protocolar comenzó con el descubrimiento de una placa, que permanecerá por 1 año en ese lugar en el colegio, con los nombres de todos los egresados 1991. Es un detalle, pero que viéndolo a la distancia es como dejar escrito públicamente los que pasamos por la escuela. Esto lo verán hijos, nietos más adelante en el tiempo.
El descubrimiento de la placa fue simple, sencillo y muy íntimo. Solo los egresados y Claudia Paz, la autoridad del colegio, para dejar constancia de este momento.
Casi a las corridas otra ex-profesora Marisa Vicente nos iba dando los apellidos alfabéticamente para ponernos en fila, para el ingreso al gimnasio. Nos íbamos mirando entre todos, y por un instante nos acordábamos de los apellidos y más o menos donde estábamos en la fila. La lista era González, Goyeneche, Gulminelli…. Siguiendo el ritmo vertiginoso, que casi no nos daba respiro, al grito de “ahora, ahora” empezamos a pasar para el gimnasio. En fila, ordenados como hace 25 años y con nuestra familia esperándonos. Al caminar por ese piso de madera, mirando a los costados tratando de encontrar a nuestra familia y rememorando esos 25 años, nos hizo entender que había muchas personas que queremos mucho que ya no están, que se nos han perdido físicamente pero las recordamos siempre. Fueron muchos años. Pero también podíamos ver a nuestras nuevas familias, que ni imaginábamos hace 25 años que íbamos a tener, y estaban ahí corriendo por el gimnasio.
Nos sentamos casi en el mismo lugar que cuando egresamos, y la ceremonia comenzó premiando a los egresados 1966. Estabamos mirando para todos lados. Saludabamos a los familiares que seguían llegando y también a los familiares de nuestros compañeros, que durante muchos años nos aguantaron visitando las casas, compartiendo mates mientras hacíamos que estudiabamos. Estaban los que llegaban tarde y aprovechabamos para saludar.
Fuimos pasando uno a uno a recibir la medalla de recuerdo. Las profesoras, nuestras profesoras de esos años, nos entregaban las medallas. Grandes recuerdos nos venían con Kelly Bogliolo, Blanca Perez, Pirucha Mura, Graciela Rodriguez, Liliana Pelosi, Cristina Azcona, Cristina Massa, el Dr. Delgado, Tita Mateo, Juan Carlos Marchioni y alguna más que quizás se me pase.
Llegó el momento de decir algo. Para los egresados 1966, Tapia con una excelente memoria compartió lo que “alguien le había escrito hace 50 años” de memoria. Yo creí que estaría bueno poder compartir un recuerdo de las palabras que se dijeron hace 25 años con nuestras familias. Así que compartimos un video con las palabras que Eduardo Carpinelli y un Christian Francucci con más pelo, hablaron allá por 1991. Después con algo de emoción dije lo que pude.
Disfrutamos cada instante del acto protocolar. Muchas gracias a cada uno de los docentes y no docentes por organizar este hermoso evento.
Y era hora de ir a la “cena-show”.
La cena fue muy buena, con abundante comida y bebida. Alejandro Ibáñez era el encargado de la picada, pata de ternera, mesa de dulces y bebidas a discreción para amenizar la noche. Como había anticipado además de los egresados se sumaron varios compañeros que estuvieron varios años junto al curso y los que vinieron al viaje de egresados de Bariloche. Terminamos siendo alrededor de 60 y la fiesta recién comenzaba.
Después de comer algo aparecieron algunos videos con imágenes de la época, las pocas fotos que pudimos recolectar, algunos videos en VHS que pudimos digitalizar y algunos saludos que Christian y Nicolás pudieron conseguir de personajes famosos. Nos mandaron saludos Miguel Angel Rodriguez, Diego Perez, Kate Rodriguez, Jose María Listorti, Vanina Escudero y un saludo muy especial y sentido de Esteban Lamothe.
Mientras los videos pasaban, Christian comentaba despachandose con su ácido humor, como hace años. Y varios pidieron que rememore el chiste que alguna vez contó en los “Juegos Toys” de Juancito que estaba pelando un palito porque “esta noche mato un león”.
Después de los videos llegó el momento del show, con karaoke, baile y la prohibición de sacar fotos y videos. El mensaje era: “lo que pasa esta noche, queda en éstas paredes” buscando alguna complicidad de las cuentas pendientes….
Una fiesta inolvidable, con la posibilidad de charlar con todos y muchos recuerdos que afloraron.
Varios nos quedamos pensando lo intenso que fueron esos 5 años en la secundaria, que 25 años después seguimos teniendo la misma sensación de pertenencia. La misma conexión con cada uno de nuestros compañeros.
Gracias a todos los que estuvieron y a los que no, ojalá que podamos encontrarnos pronto.
Nos vemos en el 2041 en el Nacio!